Viernes 26 de febrero

Tiempo de gracia, tiempo de CONVERSIÓN

I Viernes de Cuaresma

26 de febrero

El Señor sale a nuestro paso exhortándonos a la conversión y a la santidad, llevándonos a la plenitud de la Ley que es el amor. A través del profeta Ezequiel, nos invita a abandonar la conducta malvada del que no se mueve según el querer y el Corazón de Dios, es decir, quien no se deja mover por el amor que se traduce en misericordia con el prójimo.

Ya lo vemos con nitidez en el Evangelio, el cual nos invita a ir más allá de la letra, del campo material y visible, para dirigirnos hacia la esencia de los mandamientos. Aquel “No matarás”, implica no sólo respetar la vida de toda persona humana en cualquier estado en que ella se encuentre, sino también perdonar sus ofensas, saber “buscarle el lado bueno” a mi hermano y excusarlo, tratar con amor y respeto a cada persona con la que me encuentro, sabiendo que es imagen y semejanza de Dios.

tiempo de CONVERSIÓN

Por esta razón, el Apóstol san Juan dice “el que ama no peca”, porque vive según el Corazón de Dios, que ama la vida y no quiere la muerte del malvado, sino que se convierta y viva. Con certera sabiduría nos enseña san Juan Pablo II:

El enemigo deja de serlo para quien está obligado a amarlo (cf. Mt 5, 38-48; Lc 6, 27-35) y “hacerle el bien” (cf. Lc 6, 27.33.35), socorriendo las necesidades de su vida con prontitud y sentido de gratuidad (cf. Lc 6, 34-35)».

san Juan Pablo II

Es tiempo de conversión, pongámonos en este día con corazón humilde ante Dios y ante nuestra Madre Santísima y supliquémosle la gracia de la conversión. Roguemos al Señor que su amor penetre todo nuestro ser, para que ese amor, como una fuente viva, nos lleve a amar como Él nos ama y vivir en la verdad de los hijos de Dios, trabajando por la salvación de nuestros hermanos.

Compromiso de hoy

Recemos en familia el Santo Vía-crucis, acompañando y consolando con nuestra oración sencilla pero confiada a nuestro Señor y su Santísima Madre camino hacia el Calvario.