RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS
NUESTROS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS
Aspiramos consagrarnos a Dios, mediante la profesión de los votos públicos de
Pobreza, Obediencia y Castidad, y un cuarto voto de total entrega a la Maternidad Espiritual de nuestra Santísima Madre.
LOS VOTOS
Por los votos, el religioso dedica con gozo toda su vida al servicio de Dios, considerando el seguimiento de Cristo «como la única cosa necesaria» y buscando a Dios, y sólo a Él, por encima de todo.
VOTO DE
pOBREZA
La pobreza evangélica para el Peregrino, se concreta en la total disponibilidad, ya que esta es la actitud práctica del servicio a Dios y a los hombres, de esta manera la pobreza exterior, no es más que consecuencia de aquella actitud interior de libertad y disponibilidad hacia Dios y hacia los hermanos, como Cristo.
VOTO DE
CASTIDAD VIRGINAL
La virginidad consagrada, expresión del amor total e inmediato a Dios, es el reflejo más perfecto de Cristo, la imitación más real de su vida, la mejor forma de la total disponibilidad que exige el evangelio y el anuncio más claro y eficaz del Reino futuro.
VOTO DE
OBEDIENCIA
La Obediencia en nuestro Instituto va en busca del Rostro de Dios, es decir, persigue identificarse armónicamente y por amor, con aquello que escucha, descubriendo en la voluntad de Dios manifestada a través de las mediaciones, el propio querer.
VOTO DE
ENTREGA TOTAL
A LA MATERNIDAD
ESPIRITUAL DE María
Mediante este voto, el Peregrino consagra de manera especial su vida y vocación a la poderosa y maternal intercesión de María. Para, por medio de Ella, pertenecer totalmente a Jesucristo.
LA VIDA RELIGIOSA
«¡Cuanto podéis hacer hoy por la Iglesia y por la humanidad!
«Ellas esperan vuestra generosa entrega, la dedicación de vuestro corazón libre, que alargue insospechadamente sus potencialidades de amor en un mundo que está perdiendo la capacidad de altruismo, de amor sacrificado y desinteresado. Recordad que sois esposas místicas de Cristo y de Cristo Crucificado»
(SS. Juan Pablo II. L’Osservatore Romano, Ed. Español, 11 Feb de 1975, pág. 5)