Domingo 28 de febrero

Dios visita el alma de dos formas

II Domingo de Cuaresma

Dios visita el alma
28 de febrero

Dios visita el alma de dos formas: Por medio de la tentación y en la consolación. A través de la consolación, nos da la fuerza y la esperanza, que nos hacen más llevaderas las pruebas; y a través de la tentación, saca lo mejor de nosotros, permitiéndonos manifestar el amor, si permanecemos firmes en la fe, por la esperanza y fortaleza que nos dio en el consuelo. 

En la Transfiguración, nuestro Señor alentó a los discípulos: Vendría la prueba del dolor y la Pasión, la pérdida del Maestro… Les permitió verle en su gloria y esplendor poco antes de su entrega, lo cual debía ser para ellos aliciente en medio de la tempestad, báculo para sostenerse en la fe. Sin embargo, como ellos, nosotros corremos el riesgo de que, en medio del consuelo, olvidemos aquellas palabras del Señor: el Mesías tenía que padecer, y nos cerremos, pensando que no pasaremos por pruebas y tentaciones, pues, si embelesados por las alegrías presentes, no guardamos lo que Dios nos dijo al corazón, sucumbiremos en la prueba.

«Las tentaciones, el bullicio, las preocupaciones, son las armas de nuestro enemigo. No lo olvidéis: si hace tanto ruido, es señal de que está afuera y no dentro. Lo que debiera espantarnos sería que reinase la paz y la armonía entre nuestra alma y el demonio».

San Pío de Pietrelcina.

El Espíritu Santo viene en nuestra ayuda en los momentos de prueba y tentación para iluminarnos con aquella Palabra que ha sembrado en nuestra vida. Si conservamos diligentes la Palabra del Señor, esa misma que se nos da como alimento en la Eucaristía, el Espíritu Santo nos la recordará en los momentos de tribulación y será para nosotros victoria en medio de la batalla.

Pidámosle a María Virgen, que nos enseñe a guardar y meditar en el corazón los consuelos de Dios, su Palabra, que es alimento de nuestra alma y así también nosotros vayamos a consolar a nuestros hermanos, con el mismo consuelo con que nuestro Señor nos ha consolado.

Compromiso de hoy

En este segundo domingo de Cuaresma, invitemos a aquel familiar, amigo o vecino que no conozca la grandeza de la Eucaristía, a asistir a la Santa Misa.