¡Ahora es el tiempo favorable, AHORA es el día de la salvación!

Miércoles de Ceniza

17 de febrero

«Sólo Cristo puede transformar la situación de pecado en situación de gracia. Sólo Él puede convertir en “momento favorable” los tiempos de una humanidad inmersa y dañada por el pecado, turbada por las divisiones y el odio. En efecto, “Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos uno solo, derribando el muro que los separaba:  el odio. (…) Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz” (Ef  2, 14. 16)».

(San Juan Pablo II)

En este tiempo favorable, en este día de salvación en que iniciamos la santa Cuaresma, Dios nos concede gracias muy especiales para volver nuestro corazón a Él y rectificar nuestros caminos, reconocerle como Padre y vivir lo que somos: hijos de Dios.

HOY se nos da la oportunidad de convertirnos, de liberarnos de todo lo que nos esclaviza, acogiendo la salvación que se nos ofrece, dejándonos Amar por el verdadero Amor, en quien reside la felicidad.

No hemos de actuar para captar la mirada de los hombres ni sus alabanzas, sino buscando agradar y glorificar a Dios con nuestra vida. Este es el espíritu que debe animar a todo buen cristiano en esta santa Cuaresma y en todo momento: el Espíritu del amor, y una característica del amor es la invisibilidad, el secreto del corazón, allí donde sólo ve nuestro Padre del Cielo. El que agrada a Dios con su vida, también agrada a su hermano, porque siempre será movido por el Amor, y el amor siempre busca el bien del otro.

También se nos invita a ayunar, y el ayuno no es otra cosa que poner la vida en manos de Dios, porque al privarnos de los alimentos materiales, testificamos que no sólo vivimos de pan, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios; que es Él, por tanto, quien sostiene nuestra existencia; que vivimos de la Eucaristía el verdadero alimento para nuestra alma. Por eso quien ayuna de verdad ha de tener presente el rechazo de toda obra mala, de todo pecado, de toda acción contraria al amor.

Sumergidos en el Corazón de María, imploremos la gracia de vivir este santo tiempo de Cuaresma encendidos en su amor, y ofreciendo a Dios con amor y paciencia todo lo que nos permita haciendo de nuestra vida un continuo ayuno agradable a nuestro Padre que nos ve en lo secreto.

Compromiso de hoy

 

Asistamos a la Santa Misa y vivámosla con devoción, encomendando a la Santísima Virgen María este tiempo de gracia que hoy iniciamos.