3 de Marzo

Servicio = Entrega

II Miércoles de Cuaresma

El Servicio
3 de marzo

El Señor nos habla acerca del servicio, y en el Evangelio nos da la clave para que podamos entenderlo: Servicio es igual a entrega, «Mirad subimos a Jerusalén y el Hijo del Hombre va a ser entregado». De la misma manera que el alimento no está en la mesa para ser comido por sí mismo, o en el árbol para echarse a perder… Así el servicio nunca es para sí, está siempre en relación a otro, a quien yo, sirviéndole y saliendo de mis intereses y deseos, voy descubriendo qué es lo que a él le agrada y procuro complacerle.

«El amor enseñado por Cristo se expresa en el servicio recíproco, que lleva a sacrificarse los unos por los otros y cuya verificación definitiva es el ofrecimiento de la propia vida “por los hermanos” (1Jn 3,16). Esto es lo que subraya san Pablo cuando escribe que “Cristo amó a la Iglesia y se entregó a Sí mismo por ella” (Ef 5, 25).»

(San Juan Pablo II).

No obstante, con frecuencia olvidamos el ejemplo del Maestro y dejamos de servir al prójimo, buscando más bien qué es lo que nos sirve de él para nuestro beneficio. Anhelamos aparecer, ser tenidos en cuenta, llamar la atención, que no nos olviden, incluso, que nos necesiten; adoptamos al final, la actitud de Santiago y Juan, quienes buscaban los primeros puestos, y también la de los otros diez, quienes llevados por la envidia, murmuraron.

Mas, aquí está precisamente nuestra esperanza: ver que aquellos hombres, que cometían las mismas faltas que nosotros, son ahora grandes santos, columnas de la Iglesia. Nosotros entonces, ¡no hemos de desesperar! Hemos de recurrir al auxilio de la Santísima Virgen María, tal y como lo hizo san Pedro después de haber negado al Señor, y como san Juan, para poder permanecer junto a Ella, al pie de la Cruz.

Que nuestra Madre nos enseñe a ser los primeros en servir a Dios y, por ende, a los demás; así como Ella lo hizo respondiendo “Sí” al Señor en la Anunciación, y luego salió con prontitud a servir a su prima Isabel; a si mismo en las bodas de Caná, en la vida pública del Señor, en la cruz, en la oración acompañando a los apóstoles; y hoy contigo y conmigo, como nuestro único camino y refugio seguro que nos conduce hasta Dios.

Compromiso de hoy

Durante este día tengamos detalles de servicio para con quienes nos rodean, comenzando por los de casa. No temamos entregar nuestro tiempo, bienes, ayuda, consejo; pero, sobre todo, entreguémonos nosotros mismos con alegría al servir.