¿QUIERES CONOCER MÁS A MARÍA?
Nuestra Madre nos enseña la mirada de predilección a Jesús Eucaristía.
El Rosario es el lazo que nos une a su Corazón Inmaculado, el arma más poderosa y eficaz que se nos ha sido dada.
Les invitamos a participar en la novena a la Madre de la Eucaristía.
Madre de la Eucaristía
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«La Santísima Virgen es Madre de dulzura y misericordia, y jamás se deja vencer en amor y generosidad. Viendo que te has entregado totalmente a Ella para honrarla y servirla y te has despojado de cuanto más amas para adornarla, se entrega también a ti plenamente y en forma inefable. Hace que te abismes en el piélago de sus gracias, te adorna con sus méritos, te apoya con su poder, te ilumina con su luz, te inflama con su amor, te comunica sus virtudes: su humildad, su fe, su pureza, etc.; se constituye tu fiadora, tu suplemento y tu todo ante Jesús. Por último, dado que como consagrado perteneces totalmente a María, también Ella te pertenece en plenitud. De suerte que, en cuanto perfecto servidor e hijo de María, puedes repetir lo que dijo de sí mismo el evangelista San Juan: El discípulo la tuvo en su casa (Jn 19,27) como su único bien».
«Si queremos ser cristianos debemos ser marianos, es decir; debemos reconocer la relación esencial, vital, providencial que une la Señora a Jesús y que nos abre el camino que nos conduce a Él».
San Pablo VI
«Pidámosle a la Virgen que nos ayude a ser como ella, a realizar con humildad y sin vanagloria el trabajo que se nos ha asignado, y que llevemos a los demás a Jesús con el mismo espíritu con que ella lo llevó en su seno». Santa Teresa de Calcuta
«Cuando los enamorados se encuentran, pasan horas seguidas repitiendo la misma cosa: “¡Te amo!” Lo que les falta a los que hallan la oración del Rosario monótona es Amor; y todo lo que no está hecho por amor no tiene valor». Venerable Lucía Dos Santos.
«Si los padres de familia tenéis la dicha de grabar en el corazón de los niños la devoción a la Virgen María, habréis asegurado su salvación». San Marcelino Champagnat
«Dios Padre creó un depósito de todas las aguas, y lo llamó mar. Creó un depósito de todas las gracias, y lo llamó María» San Luis M. Grignion de Montfort
«¡Madre! Llámala fuerte, fuerte. Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la ternura de sus caricias: y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha.» San Josemaría Escrivá
«Como dos amigos, frecuentándose, suelen parecerse también en las costumbres, así nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los Misterios del Rosario, y formando juntos una misma vida de comunión, podemos llegar a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos, y aprender de estos eminentes ejemplos el vivir humilde, pobre, escondido, paciente y perfecto» Beato Bartolomé Longo.